Cine
Club del Teatro Isauro Martínez
Miércoles 27 Febrero
"Mi semana con Marilyn"
Dirección:
Simon Curtis.
Reino Unido-Estados Unidos/2011/99
minutos/Biopic-Drama.
Sinopsis: “Mi semana con Marilyn” se
basa en un libro de memorias de Colin Clark, donde se relatan los problemas que
tuvo Laurence Olivier con Marilyn Monroe durante el rodaje de la película “El
príncipe y la corista” (1957). Sir Laurence Olivier va a rodar una película en
Londres. Colin Clark, un joven estudiante de cinematografía, se las arregla
para trabajar en la producción. Colin se siente atraído por la actriz, que
también se interesa por él y le abre su mundo interior, donde lucha con su
fama, su belleza y su deseo de convertirse en una gran actriz.
“Mi semana con Marilyn”: Cuando la compasión supera a
la pasión
Escrito por Julio Rodríguez Chico
Simon Curtis trata de resucitar la
dulzura y la inocencia de Marilyn Monroe a través de Michelle Williams. “Mi
semana con Marilyn” es una película amable y complaciente que levanta más
compasión que pasión hacia la actriz.
A partir de los recuerdos de un
joven ayudante de dirección, Simon Curtis hace su particular semblanza de
Marilyn Monroe y nos deja un retrato dulce y humano de la actriz. Ciertamente
“Mi semana con Marilyn” (ver tráiler y escenas) no pasa de ser un brochazo un
tanto ligero y sin pretensiones, pero consigue transmitir, desde la anécdota de
un romance surgido durante el rodaje de “El príncipe y la corista” (Laurence Olivier, 1957), toda su
vulnerabilidad y también la evanescencia con que se tejen los sueños en
Hollywood. Apenas hay dramatismo y todo es suave y placentero, quizá como la
propia actriz, porcelana frágil e insegura, siempre proclive a romperse y a
rehacerse si encontraba un poco de cariño a su alrededor.
En su trabajo de Pigmalión, Curtis
trata de que Michelle Williams resucite al icono más glamouroso de Hollywood, y
en cierto modo que su propia belleza nos haga olvidarla. Su caracterización
física por maquillaje, vestuario y peinado está bastante lograda, aunque
Williams “no sea ella” —Stanislavski está muy presente en la cinta— ni tenga la
frescura de Monroe, pero mejor aún son su interpretación y sus reacciones
infantiles que siguen reclamando el cariño que no tuvo, de mujer un poco simple
e inocente que no estaba preparada para la fama, de alma perdida entre el
capricho y el barbitúrico. Porque, con método o sin él, Williams se mete en su
piel y nos da más pena que placer en su hermosura, nos reclama más comprensión
por su infelicidad que envidia por su éxito.
Su dulzura, inocencia e instinto
natural es también lo que atrae a Laurence Olivier durante el rodaje, aunque se
niegue a reconocerlo por razones de método —Vivien Leigh tuvo parte de la
culpa— u otras más personales —Arthur Miller fue el responsable—. Algo parecido
sucede a Colin Clark —el ayudante de dirección y autor de la novela
autobiográfica en la que se basa la película—, pese a que en este caso prime su
perspectiva de joven enamorado y deslumbrado, o de quien requiere que alguien
crea en su talento para una carrera que comienza. Por eso, en cierta medida esa
semana con Marilyn se convertirá en el encuentro de dos personas que
necesitaban tener a alguien de su lado, que sintonizarán al sentirse
incomprendidas y vacilantes en su camino, y que se admirarán por su talento —él
a ella— o por su familia —ella a él—.
Si Williams cumple con creces en su
papel de mujer frágil y ligera, inocente y encantadora, Kenneth Branagh nos
deja un buen trabajo, si bien algo histriónico y oliveriano. De Eddie Redmayne
nos quedamos con su mirada de veinteañero apasionado e idealista, y Emma Watson
demuestra que hay vida más allá de la saga “Harry Potter”. Buena ambientación
de época y cuidada fotografía para esta postal dulce y contenida, y un guion
que destila gotas de sarcasmo anti-sindicalista y que se mete entre los
pliegues de una industria que devora a sus hijos, que nos recuerda la
impuntualidad e incapacidad para memorizar papeles de Monroe, y que vuelve
sobre los métodos de interpretación y la necesidad o no de meterse en el
personaje.
En cualquier caso, Curtis acierta a
capturar la esencia de la estrella y nos deja una película amable, complaciente
con el espectador y la propia actriz —levanta más compasión que pasión— y que
no tiene por qué defraudar a sus fans al estar hecha con cariño. Quizá con el
cariño que le faltó a la pequeña Marilyn Monroe en su infancia.
Sala
Elías Murra Marcos del Teatro Isauro Martínez
Todos
los miércoles a las 20:00 hrs. Cooperación: $15.00
Grupo
en Facebook: Cine Club Teatro Isauro Martínez
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